Por Bruno Cortés
A veces parece que cuando los políticos viajan al extranjero es puro turismo pagado con dinero público, pero no siempre es así. Y aunque cueste creerlo, esta vez un diputado mexicano estuvo representando al país en una discusión internacional que sí tiene impacto en nuestras vidas.
Estamos hablando de César Augusto Rendón García, diputado del PAN y secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores en la Cámara de Diputados. En abril, viajó a Tashkent, Uzbekistán, para asistir a la 150ª Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP). Este encuentro reunió a más de 1,400 personas de 130 países—sí, como una ONU pero de congresos y parlamentos—para debatir problemas globales desde la perspectiva de quienes hacen leyes.
¿Y qué se habló en esa reunión? Nada menos que de cómo los parlamentos del mundo pueden ayudar a lograr una sociedad más justa. Suena idealista, sí, pero en el fondo son temas concretos: acabar con la pobreza, mejorar las condiciones laborales, incluir a grupos marginados y reducir la desigualdad.
Rendón García no fue solo a escuchar: fue elegido como miembro de la Mesa Directiva de una comisión permanente sobre desarrollo sostenible, con mandato por dos años. Eso quiere decir que México tiene voz (y voto) en las decisiones globales sobre cambio climático, comercio justo, cooperación internacional y financiamiento para países en desarrollo. Básicamente, de ahí salen ideas que luego pueden aterrizarse en políticas reales.
Uno de los temas más intensos fue el de Palestina. Se discutió el papel que deben jugar los parlamentos en promover una solución de dos Estados al conflicto entre Israel y Palestina. No es poca cosa: estamos hablando de un conflicto que ha causado miles de muertes y desplazamientos. El resultado fue un proyecto de resolución que impulsa el papel activo de los legisladores para buscar la paz.
Más allá de este tema, la reunión también dejó varios compromisos generales que suenan ambiciosos, pero necesarios: invertir más en educación, salud, protección social; democratizar la economía; combatir la corrupción; y hasta regular de forma ética la inteligencia artificial.
Sí, todo esto puede parecer muy lejano o teórico, pero son los marcos de referencia que después se convierten en leyes locales, presupuestos y reformas. Así que no es solo “bla bla diplomático”, como solemos pensar. Rendón resumió todo esto en un informe publicado en la Gaceta Parlamentaria, el diario oficial del Congreso.
La asamblea cerró con un llamado fuerte: los países deben reafirmar su compromiso con el multilateralismo (es decir, trabajar en conjunto en lugar de cada quien por su lado), y empezar a construir lo que llamaron un nuevo contrato social, centrado en derechos humanos, equidad y paz.
Así que, aunque Uzbekistán nos suene lejano, lo que se dijo allá podría terminar influyendo en leyes mexicanas. Y al menos esta vez, parece que el viaje sí tenía sentido.
Deja una respuesta