Por Bruno Cortés
En política, las palabras pesan. Y cuando se habla de seguridad, más. Por eso, cuando escuchamos “militarización”, muchos prenden las alertas. Pero el diputado Luis Arturo Oliver Cen, de Morena, asegura que lo que se está haciendo con la nueva iniciativa para la Guardia Nacional no es eso. Según él, no se trata de darle el control total del país al Ejército, sino de aprovechar lo que ya tenemos para que la Guardia funcione bien y rápido.
Oliver Cen es presidente de la Comisión de Defensa Nacional en la Cámara de Diputados, y no niega que la iniciativa viene desde arriba, es decir, desde la Presidencia de la República. Pero también aclara que esto no significa que el Congreso se vaya a convertir en una oficina de trámite. Según sus palabras, cada quien tiene su criterio, y la iniciativa será revisada a fondo antes de aprobarla, incluyendo posibles cambios si así lo requiere.
Para quienes no están tan metidos en estos temas, la discusión se resume en una pregunta: ¿la Guardia Nacional será controlada por los militares o no? Y aquí es donde el diputado quiere dejar las cosas claras. Dice que la idea no es mezclar las funciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con las de la seguridad pública. La Guardia seguirá atendiendo temas del interior del país —como patrullajes, operativos contra el crimen, vigilancia en zonas conflictivas—, mientras que la Defensa seguirá con su chamba en lo que le toca: resguardar la soberanía nacional y apoyar en casos especiales.
El punto, según Oliver Cen, es práctico: ya existe toda una estructura dentro de la Sedena que sirve para formar, entrenar y organizar elementos. Sería una pérdida de tiempo y dinero crear una nueva institución desde cero cuando ya hay instalaciones, personal y logística lista para usarse. Es como tener un gimnasio equipado y pretender armar uno nuevo desde el principio para un equipo nuevo. ¿No tiene más sentido usar el que ya está?
Eso sí, el diputado reconoce que será necesario revisar también la Ley de Seguridad Interior, porque algunas funciones de la Guardia Nacional tienen que ver con ese ámbito. Pero insiste: los estados y municipios seguirán siendo libres y soberanos, y no se va a imponer desde el Ejército ningún tipo de control. Al contrario, dice que son los propios gobiernos locales los que piden apoyo a la Sedena cuando se sienten rebasados por la inseguridad.
Frente a las críticas de centralizar todo en la Sedena, Oliver Cen pone el freno. Para él, la palabra “militarización” se está usando como si fuera una etiqueta automática para cualquier cosa que huela a uniforme verde olivo. Y asegura que, mientras se respeten las funciones específicas de cada institución, no hay tal imposición ni riesgo para las libertades civiles.
Al final, el diputado reconoce que todavía falta leer y analizar bien la iniciativa. No hay línea directa ni consigna de parte de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, afirma. Cada legislador hará su trabajo y decidirá con base en los argumentos que se presenten. Por ahora, la pelota está en la cancha del Congreso.
Lo que está en juego no es menor: cómo se va a organizar la seguridad en México en los próximos años. ¿Será con una Guardia Nacional robusta, apoyada por la Sedena pero sin perder su carácter civil? ¿O estamos dando pasos hacia una presencia militar permanente en tareas que antes eran cosa de policías civiles? La discusión apenas empieza.
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