Prensa Nacional

Periodismo en México

Sin planeta no hay salud: el Congreso pone foco en la crisis ambiental

Por Juan Pablo Ojeda

 

En el Congreso no todo es grilla, reformas o debates acalorados. A veces, también se habla de lo que debería preocuparnos a todos: el planeta. Esta vez, el diputado Israel Betanzos Cortés, del PRI, decidió salirse del guion tradicional para poner sobre la mesa un tema que, aunque suena muy grande y técnico, nos afecta cada vez que respiramos, comemos o bebemos agua: el cambio climático.

En el foro “Propuestas sostenibles ambientales”, Betanzos fue claro: esto ya no es un asunto de ecologistas apasionados o de científicos alarmistas, sino de todos nosotros. Desde quienes legislan hasta quienes tiran basura en la calle, todos estamos involucrados en los resultados ambientales que hoy enfrentamos. Y la cosa va en serio: sequías, contaminación de ríos, pérdida de ecosistemas, ruido excesivo que nos estresa sin darnos cuenta… el planeta está mandando señales y no lo estamos escuchando.

Pero el foro no fue solo una lista de problemas. Ahí también participaron expertos del Parlamento Nacional de Profesionistas y de la Asociación Mexicana del Derecho, quienes pusieron el dedo en la llaga con un enfoque muy claro: la salud humana empieza con la salud del entorno. Así como lo oyes: si el aire está sucio, si el agua está contaminada o si la tierra no sirve para sembrar, no hay sistema de salud que aguante. Es más, ni siquiera hay vida digna.

Y aunque parezca exagerado, no lo es. Lo explicaron con precisión: respirar aire sucio daña nuestros pulmones, beber agua contaminada afecta nuestra nutrición, y un suelo degradado significa menos comida sana. A eso súmale un problema que no vemos pero que nos está dejando indefensos: la pérdida de diversidad genética, que nos quita herramientas para enfrentar enfermedades y adaptarnos a un mundo que cambia a velocidad de vértigo.

¿Entonces qué hacemos? Aquí es donde entra lo importante: diseñar políticas públicas con sustento científico y visión a largo plazo, no solo para frenar el cambio climático, sino para evitar una crisis de salud pública generada por la degradación ambiental. Y eso no se logra con discursos bonitos ni con campañas de un mes. Se necesita educación ambiental desde la escuela, inversión pública sostenida y una ciudadanía activa, que entienda que separar la basura o elegir productos sustentables no es una moda, sino una forma de sobrevivir.

También se hablaron de soluciones concretas: manejo integral de residuos sólidos urbanos, construcción con materiales sustentables y defensa de los derechos ambientales de las personas. Proyectos que ya existen y que demuestran que sí se puede hacer política pensando en el planeta… si hay voluntad.

Este foro no fue una cumbre climática ni una gran reforma constitucional, pero sí fue un recordatorio poderoso desde el Congreso: no podemos hablar de salud, de justicia o de desarrollo si el medio ambiente se sigue cayendo a pedazos. Y lo mejor: todavía estamos a tiempo de hacer algo. Pero hay que empezar ya.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *