Por Juan Pablo Ojeda
El presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, lanzó un contundente reto a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo: renunciará a su cargo si el Gobierno Federal logra reducir los índices delictivos en el municipio sin realizar un solo disparo.
El edil manifestó su postura este fin de semana, al reiterar su escepticismo ante la estrategia de seguridad nacional basada en cuatro pilares: atención a las causas, consolidación de la Guardia Nacional, fortalecimiento de la inteligencia e investigación, y coordinación con las entidades federativas.
“Si ella cree que va a detener a los delincuentes sin un solo disparo y se van a entregar, pues que lo haga. Que mande al secretario Harfuch a limpiar todos los cerros, a los grupos que están matando y extorsionando a los aguacateros. Y créanme, si ella lo logra lo más pronto posible, yo presento mi renuncia”, sentenció Manzo el 24 de mayo, tras la firma del convenio “Uruapan más verde”.
Un reto político con tono de indignación
Las declaraciones del alcalde fueron reafirmadas la mañana del lunes durante una entrevista con Azucena Uresti, donde expresó su respeto hacia la presidenta Sheinbaum, pero también su desacuerdo con su política de seguridad.
“Los delincuentes no tienen consideración alguna. No puede haber abrazos para los delincuentes, debe de haber chingadazos cuando atentan contra la gente inocente”, señaló.
Manzo justificó sus declaraciones como una reacción a la indignación provocada por el asesinato de una trabajadora del Ayuntamiento, ocurrido el pasado 21 de mayo en la colonia Ramón Farías, crimen que generó consternación en la población.
“Si ella considera que con buenas palabras, o con llamarles a que se rindan, será suficiente, adelante. Yo me hago a un lado”, insistió el alcalde.
Sheinbaum responde: no se trata de una guerra
En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema en su conferencia matutina del 23 de mayo, donde calificó como equivocada la postura del alcalde. Defendió su modelo de seguridad como una alternativa al enfoque militarizado del pasado, particularmente al del sexenio de Felipe Calderón, conocido por su “guerra contra el narcotráfico”.
“No queremos repetir esa historia. Nuestro compromiso es con el respeto a los derechos humanos y el Estado de Derecho”, indicó Sheinbaum.
También enfatizó que la estrategia nacional no implica pasividad, sino un cambio estructural que busca romper las condiciones que generan violencia, sin caer en excesos del uso de la fuerza ni en prácticas como las ejecuciones extrajudiciales.
La confrontación entre ambos funcionarios revela el debate vigente sobre el uso de la fuerza pública en México, en un contexto donde estados como Michoacán siguen siendo foco de violencia e inseguridad. Mientras el gobierno federal apuesta por una visión preventiva y legalista, alcaldes como Manzo exigen mano dura frente al crimen organizado.
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