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CNTE evalúa levantar plantón en el Zócalo, pero las protestas seguirán en los estados

Por Juan Pablo Ojeda

 

En un momento clave para el futuro del magisterio disidente, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) están evaluando si levantan el plantón que mantienen desde el 15 de mayo en el Zócalo capitalino, como parte del paro nacional por mejoras laborales. La decisión, sin embargo, no significaría el fin de su movimiento: de concretarse, continuarían sus protestas desde sus respectivas entidades federativas.

Pedro Hernández, dirigente de la Sección 9 de la CNTE en la Ciudad de México, explicó que las asambleas estatales están deliberando sobre esta posibilidad, y que el resultado será llevado a la Asamblea Nacional Representativa, la única instancia con autoridad para definir si termina o no el paro nacional.

El movimiento magisterial ha insistido en demandas que van desde la derogación de la actual ley de pensiones, hasta un incremento salarial del 100 por ciento y un diálogo directo con la presidenta Claudia Sheinbaum. A pesar de los encuentros con autoridades, las negociaciones se han mantenido estancadas por el rechazo de la CNTE a las propuestas del Gobierno federal, como la de congelar la edad de jubilación.

En medio de este proceso, la presidenta Sheinbaum lanzó un mensaje firme este miércoles, luego del primer enfrentamiento violento entre maestros y elementos de seguridad pública. Durante la mañana, expresó que los docentes deben “deslindarse o asumir la responsabilidad” de los actos ocurridos frente a la Secretaría de Gobernación (Segob), donde un grupo de manifestantes —muchos de ellos encapuchados— lanzó piedras y artefactos caseros, e intentó derribar la puerta del recinto momentos antes de una reunión pactada.

“No estamos de acuerdo, y pienso que las y los maestros aprueban o se deslindan, porque cómo es posible que haya una mesa de diálogo, que ellos hayan elegido a la comisión que iba a entrar, y de pronto un grupo estuviera aventando piedras, queriendo romper la puerta de Gobernación”, dijo la mandataria durante su conferencia.

Este episodio marcó el primer choque violento tras 21 días de paro en la capital, y encendió las alertas dentro del nuevo gobierno. El mensaje de la presidenta fue claro: la protesta es legítima, pero la violencia no será tolerada, sobre todo cuando existen canales de diálogo abiertos.

Desde Palacio Nacional y la Segob se han reiterado los llamados a la CNTE para que las negociaciones continúen por la vía pacífica. Pero la presión del movimiento se mantiene, y las decisiones que emanen de las asambleas esta semana marcarán el tono de lo que viene para el conflicto magisterial en este arranque de sexenio.

El país está atento. La CNTE definirá en las próximas horas si levanta el plantón en el Zócalo, pero su mensaje ya quedó claro: no se van a detener hasta que sus demandas sean realmente escuchadas. La pregunta es si la nueva administración podrá ofrecer una salida política que no implique ni confrontación ni desgaste prolongado.

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