Por Juan Pablo Ojeda
La Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) volvió a levantar la voz, y esta vez con fuerza: rechazó de forma tajante la nueva propuesta presentada por el Gobierno federal para destrabar el conflicto con el magisterio y dejó claro que exige una mesa de diálogo directa con la presidenta Claudia Sheinbaum.
Desde el corazón del plantón instalado en el Zócalo capitalino, la dirigente de la Sección 22 de Oaxaca, Yenni Pérez, fue contundente: “La propuesta que nos dieron son puras generalidades, es más de lo mismo. No hay respuestas claras a nuestras demandas históricas”, dijo al salir de la reunión sostenida con Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; Mario Delgado, titular de Educación Pública; y el director del ISSSTE, Martí Batres.
La llamada Comisión Nacional Única de Negociación de la CNTE calificó los cinco puntos del nuevo plan como “pura paja”. No descartan someterlo a consulta con las bases, pero advierten que el malestar sigue y las movilizaciones continuarán si no hay una propuesta real.
Entre los puntos que plantea el Gobierno federal están el congelamiento y reducción gradual de la edad de jubilación, la eliminación de la USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros), la creación de un colectivo interdisciplinario para analizar reformas a la seguridad social, y el registro del régimen de jubilación, entre otras medidas.
Pero para la CNTE, eso no basta. “Nos repiten el mismo discurso y quieren aparentar que hay diálogo, cuando en realidad no hay voluntad de resolver nada”, acusó Pérez. Y por eso, lanzaron su exigencia al Palacio Nacional: “Ya no queremos más interlocutores. Queremos hablar con la presidenta de la República”.
Además, aclararon que sus movilizaciones no buscan boicotear la elección judicial del próximo 1 de junio. “Esa elección ya está boicoteada desde antes por la falta de participación. No es responsabilidad nuestra”, enfatizó la lideresa oaxaqueña.
La advertencia final es clara: si no hay soluciones concretas, la huelga continúa y el plantón en el Zócalo se mantiene. Aunque las autoridades intentaron calmar los ánimos con una nueva ruta de trabajo, la CNTE no se da por convencida y ahora toda la presión recae directamente sobre Claudia Sheinbaum, quien aún no ha anunciado si sostendrá o no una reunión con el magisterio disidente.
El reloj corre y, como suele pasar con la CNTE, el pulso se definirá en las calles… o en la oficina presidencial.
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