Por Juan Pablo Ojeda
El hospital de campaña operado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Ráfah, al sur de la Franja de Gaza, está prácticamente colapsado. El aumento sostenido de víctimas por disparos de las fuerzas israelíes cerca de puntos de distribución de ayuda humanitaria ha puesto al límite la capacidad de atención del personal médico en la zona.
Según un comunicado del CICR, tan solo durante la madrugada del martes el hospital recibió 27 cuerpos sin vida y 157 personas heridas, la mayoría con lesiones por armas de fuego. Todos los pacientes aseguraron haber sido atacados mientras intentaban acceder a un centro de distribución de comida, gestionado por la Fundación de Ayuda para Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos.
“La magnitud y frecuencia sin precedentes de estos incidentes ilustran la terrible realidad que enfrenta la población civil de Gaza”, advirtió el CICR.
Con una capacidad de apenas 60 camas, la situación médica es crítica. La organización ha respondido a cinco eventos de alto número de víctimas solo en la última semana, cuatro de ellos en menos de 96 horas. El número de heridos atendidos en un solo incidente es el más alto registrado desde que se instaló el hospital hace más de un año.
Además del colapso hospitalario, la Cruz Roja alertó que los suministros médicos no pueden reponerse con la rapidez necesaria, lo que agrava la ya precaria situación de salud en el enclave, donde más de 2.1 millones de personas enfrentan una crisis humanitaria sin precedentes.
El Ejército israelí admitió haber abierto fuego “contra sospechosos que representaban una amenaza”, pero no proporcionó pruebas. En tanto, la GHF deslindó responsabilidades sobre la seguridad fuera de sus puntos de reparto, alegando que “la zona sigue siendo un teatro activo de guerra”.
Este no es un hecho aislado. Apenas el domingo pasado, también de madrugada, 31 palestinos murieron y más de 170 resultaron heridos en un incidente similar a menos de un kilómetro del mismo punto de distribución.
La Cruz Roja hizo un nuevo llamado a proteger a la población civil y a permitir el flujo sin trabas de ayuda humanitaria hacia Gaza. Subrayó que “quienes intentan acceder a la asistencia no deberían estar expuestos al peligro”.
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