Por Juan Pablo Ojeda
Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, el Gobierno de México puso en marcha la Estrategia Nacional de Limpieza de Playas y Costas, una ambiciosa campaña que busca frenar el daño ambiental causado por la acumulación de residuos plásticos en los litorales del país.
Durante la conferencia matutina de este 5 de junio, la secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, presentó la estrategia al lado de la presidenta Claudia Sheinbaum, destacando la urgencia de actuar ante una problemática que afecta a todo el país: cada día se generan alrededor de 15 mil toneladas de plástico, y el 80% termina en playas y costas mexicanas.
“Hoy esta celebración mundial está dedicada a la lucha contra el plástico. En México, lo que queremos es invitar a la ciudadanía a reducir y evitar este daño. No se trata sólo de limpiar, sino de cambiar hábitos”, dijo Bárcena desde Palacio Nacional.
El programa se ejecuta en coordinación con la Secretaría de Marina (Semar) y ya opera en 17 estados costeros. Para esta jornada inicial, se tiene proyectada la limpieza de 179 kilómetros de playas, en lo que representa una de las movilizaciones ambientales más grandes impulsadas por el actual gobierno.
El almirante Raymundo Pedro Morales, titular de Semar, detalló que personal naval, autoridades locales y voluntarios participarán simultáneamente en labores de recolección de basura en playas del Golfo, Pacífico y el Caribe mexicano.
Además de limpiar, la campaña busca algo más profundo: concientizar sobre la apropiación de los espacios públicos naturales. “La presidenta Sheinbaum nos ha llamado a recuperar nuestras playas como espacios soberanos, públicos y de desarrollo para todos”, enfatizó Bárcena.
El mensaje del Gobierno es claro: no se trata solo de limpiar, sino de frenar la contaminación desde el origen, eliminando el uso excesivo de plásticos y reforzando la cultura ambiental.
Con esta estrategia, México se suma a los esfuerzos internacionales por combatir uno de los desafíos más grandes del siglo XXI: la contaminación por plásticos, que no solo daña la biodiversidad marina, sino que también compromete el bienestar de las comunidades costeras y la seguridad alimentaria.
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