Prensa Nacional

Periodismo en México

México cae en libertad de prensa por violencia y crisis de medios

Por Juan Pablo Ojeda

 

México ha vuelto a colocarse entre los países más peligrosos y vulnerables para ejercer el periodismo, según el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2025 elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF), publicado el pasado 2 de mayo. En esta edición, el país cayó al lugar 124 de 180 naciones, retrocediendo tres posiciones respecto a 2024.

Aunque los altos niveles de violencia letal contra periodistas siguen siendo un factor decisivo en este mal desempeño, RSF advierte que la fragilidad financiera de los medios mexicanos ha ganado un peso crítico en la evaluación.

“Hay una percepción de debilitamiento generalizado de los medios en el país. Eso fue lo que empujó a México ligeramente hacia abajo”, explicó Artur Romeu, director de RSF para América Latina.

Un entorno de violencia e inseguridad persistente

México mantiene uno de los peores registros del mundo en términos de asesinatos, desapariciones y amenazas a periodistas. De hecho, si el índice solo considerara el indicador de seguridad, el país caería hasta la posición 155, reflejo de una realidad en la que ejercer el periodismo sigue costando vidas.

La crisis económica como amenaza estructural

Sin embargo, la precarización económica del ecosistema mediático fue clave en el deterioro de la posición de México en el índice 2025. La reducción de ingresos, la caída de la publicidad y el debilitamiento de modelos de negocio tradicionales han colocado a muchos medios en situación de vulnerabilidad editorial.

“La crisis financiera es igual de peligrosa que la violencia física. Coloca a los medios ante la tentación de reproducir boletines oficiales o ceder a intereses políticos”, advirtió Romeu.

Este debilitamiento favorece fenómenos como la autocensura, la pérdida de independencia y la baja calidad informativa, condiciones que impactan directamente la salud democrática del país.

Tendencia regional: América Latina en retroceso

México no es el único caso. El informe revela que 22 de los 28 países de América Latina retrocedieron en su indicador económico, reflejando el colapso del modelo de medios tradicional. Plataformas como Google y Meta han absorbido buena parte de la inversión publicitaria, dejando a los medios locales sin recursos.

Casos extremos como Nicaragua (172°) o Venezuela (160°) muestran un periodismo prácticamente en el exilio o bajo constante persecución estatal. Perú (130°) y El Salvador (135°) también caen por restricciones judiciales y campañas de estigmatización oficial.

Mejores posiciones, con reservas

Pese al contexto crítico, algunos países han registrado avances. Brasil (63°) subió 47 posiciones desde 2022 tras la salida de Jair Bolsonaro, mientras que Bolivia (93°) y Ecuador (94°) mostraron ligeras mejoras. No obstante, RSF advierte que persisten riesgos estructurales y polarización.

En Colombia (115°) y Guatemala (138°) el discurso oficial parece más abierto, pero la práctica sigue marcada por persecuciones judiciales y desconfianza hacia el periodismo independiente.

EE.UU., Trump y el deterioro global

Estados Unidos también cayó en el índice, ubicándose en el lugar 57, influido por el recorte de fondos a medios internacionales como Voice of America durante el segundo mandato de Donald Trump. La eliminación del financiamiento de USAID ha generado crisis en cientos de medios en América Latina y otras regiones.

Por primera vez, RSF califica la situación global del periodismo como “difícil”, con un promedio por debajo de los 55 puntos. Más de la mitad de la población mundial (56.7%) vive en países donde ejercer el periodismo es extremadamente peligroso o casi inexistente.

Conclusión

México enfrenta un doble desafío: la persistencia de la violencia letal contra periodistas y una fragilidad económica estructural que pone en riesgo la viabilidad y la independencia de los medios. Ambos factores colocan al país en una posición crítica en la lucha por preservar la libertad de prensa y garantizar el derecho a la información en un entorno democrático.

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