Por Juan Pablo Ojeda
En un momento en el que América Latina busca cómo hacerle frente a sus desigualdades más profundas, México y la Cepal lanzaron un mensaje claro: invertir en sistemas de cuidado ya no es opcional, es una obligación moral y estratégica. Así lo dijeron este viernes al presentar oficialmente la 16ª Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se celebrará en la Ciudad de México del 11 al 15 de agosto.
El llamado no se quedó en tecnicismos. José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), fue enfático: «Impulsar la sociedad del cuidado no solo transforma economías y sociedades, sino que reafirma nuestro compromiso con un futuro más inclusivo y sostenible». Es decir, cuidar importa, y mucho, tanto en términos económicos como humanos.
Por su parte, la subsecretaria de Relaciones Exteriores, María Teresa Mercado, dejó claro que para México, hablar de cuidado no es solo una política pública, sino un acto profundamente humano. «El humanismo mexicano nos recuerda que ninguna sociedad puede prosperar si deja atrás a más de la mitad de su población», dijo en referencia a las mujeres, quienes históricamente han cargado con el trabajo de cuidados, muchas veces sin reconocimiento ni remuneración.
CDMX será sede de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe: se firma Acuerdo de Sede, vía @LaCronicaDeHoy https://t.co/nx9FFAQyT1
— CEPAL (@cepal_onu) June 13, 2025
Desde hace años, México impulsa una política exterior feminista, que no se queda en el discurso. Mercado subrayó que esta agenda abarca temas como igualdad salarial, acceso a la tecnología y paridad en espacios de poder. En este contexto, la Conferencia de agosto no es un evento más, sino un foro estratégico donde se va a discutir cómo convertir el cuidado en un derecho, un bien público y un motor de crecimiento económico.
Salazar lo dijo sin rodeos: «No es nada más economía del cuidado, es sociedad del cuidado. Es mucho más”. Lo económico importa, claro, pero poner el foco en el cuidado como base estructural de una sociedad implica también transformaciones profundas en cómo se valora el tiempo, el trabajo y la vida misma.
Uno de los momentos clave del anuncio fue el reconocimiento a que esta será la primera vez que la Conferencia se realice con una mujer presidenta en el país anfitrión: Claudia Sheinbaum. Salazar lo calificó como un hecho «francamente impresionante» y un símbolo del avance democrático y feminista de la región.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, no se quedó atrás. Dijo que la capital no será “solo sede” del evento, sino que aspira a convertirse en un referente global del cuidado. Recordó que la CDMX ya cuenta con una constitución progresista y un sistema público de cuidados en marcha. “Esta ciudad tiene un corazón feminista y una obligación de ser cuidadora”, afirmó con fuerza.
También participó Jennifer Feller, directora general de Derechos Humanos y Democracia de la Cancillería mexicana, quien recordó que esta conferencia es parte de una hoja de ruta que lleva 50 años impulsando la igualdad de género en la región. Lo que se construya en agosto, advirtió, será clave para los próximos años.
En suma, la 16ª Conferencia Regional sobre la Mujer no será un evento para cumplir el protocolo. México y la Cepal quieren que sea un punto de inflexión, donde se impulse una agenda regional que ponga la sostenibilidad de la vida, la corresponsabilidad y el cuidado en el centro de la política pública. Porque cuidar —como lo están diciendo en todos los foros— no es caridad: es justicia, es economía y es futuro.
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