Dos de las bebidas más representativas de América Latina —el tequila y el café— no solo son símbolo nacional, también son patrimonio cultural del mundo. México y Colombia han iniciado una colaboración técnica sin precedentes para conservar los paisajes donde nacen estas tradiciones: el Paisaje Cultural del Agave y las Antiguas Instalaciones de Tequila, en Jalisco, y el Paisaje Cultural Cafetero colombiano.
Ambas naciones participan en el proyecto “Cooperación técnica patrimonial para la gestión de paisajes culturales”, una iniciativa impulsada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia.
El objetivo es claro: intercambiar conocimientos, estrategias de conservación y fortalecer la gestión sostenible de estos territorios, reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Esto incluye no solo la tierra, sino también las tradiciones, saberes y comunidades que dan vida a estas bebidas que hoy gozan de fama internacional.
️ ¿Qué están haciendo?
Hasta ahora se han realizado dos reuniones técnicas virtuales en las que especialistas de ambos países han compartido sus avances en la implementación de planes de manejo, estrategias de sostenibilidad y retos comunes como el cambio climático, la expansión urbana o la pérdida de tradiciones.
Durante el tercer trimestre del año se llevarán a cabo dos visitas de campo:
- Una en Tequila, Jalisco, para recorrer el paisaje agavero y las antiguas instalaciones industriales.
- Otra en fincas cafetaleras de Colombia, para observar de cerca los procesos y contextos locales.
Después de estas visitas, se elaborará un informe técnico conjunto que comparará ambos paisajes, identificará coincidencias, diferencias, desafíos, y propondrá soluciones para una mejor conservación.
Más que bebida: identidad y memoria
El Paisaje Cultural, según la UNESCO, es aquel que refleja la interacción entre las personas y su entorno, y que guarda huella de sus creencias, oficios, espiritualidad y formas de vida. Actualmente hay 121 sitios con esta categoría en el mundo, seis de ellos compartidos entre países.
En México, el plan de manejo del paisaje agavero contempla la protección de su riqueza ambiental, agrícola, arquitectónica, prehispánica, urbana e intangible. “El mayor reto es alinear a autoridades de todos los niveles para proteger usos, costumbres y tradiciones ancestrales que aún se viven en estas zonas”, afirmó Luis Ignacio Gómez Arriola, del Centro INAH Jalisco.
Por su parte, Colombia también enfrenta desafíos relacionados con el cambio climático, los cambios en los cultivos y la pérdida de prácticas comunitarias ligadas al café.
Ambos países saben que proteger estos paisajes es proteger su historia, su identidad y su proyección internacional. No se trata solo de una bebida, sino de todo lo que representa.
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