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Muere Sebastião Salgado, el fotógrafo que retrató el alma del mundo

Por Bruno Cortés

 

Sebastião Salgado, el legendario fotógrafo brasileño que inmortalizó en blanco y negro las heridas y la belleza del mundo, falleció a los 81 años. La noticia fue confirmada por el Instituto Terra, la organización ambiental que fundó junto con su esposa, Lélia Wanick Salgado, aunque no se dieron a conocer detalles sobre la causa o el lugar de su muerte.

Salgado no solo fue uno de los grandes de la fotografía contemporánea, sino también una conciencia activa del planeta. Su cámara no buscaba lo estético por sí mismo, sino revelar. Revelar injusticias, resiliencias, paisajes amenazados y rostros olvidados. Como dijo el Instituto Terra en su comunicado: “Sebastião era más que uno de los mejores fotógrafos de nuestro tiempo. Su lente reveló el mundo y sus contradicciones; su vida trajo el poder de la acción transformadora”.

Nacido en Brasil, con formación inicial en economía, Salgado dio un giro radical a su vida profesional en los años 70, cuando decidió dedicarse de lleno a la fotografía. Desde entonces, viajó a más de 120 países documentando con una sensibilidad única tanto la dignidad humana como la crisis ambiental. Sus imágenes, casi siempre en blanco y negro, son intensas, ricas en textura y emociones, y han sido publicadas y exhibidas en todo el mundo.

Uno de sus trabajos más recientes y ambiciosos fue la serie Amazonia, una celebración y defensa visual de la selva tropical más grande del mundo y de sus comunidades indígenas. Pero también están sus obras icónicas Workers, una mirada al trabajo físico en distintas partes del planeta, y Exodus (también conocida como Migrations o Sahel), donde retrató con humanidad profunda a los desplazados, refugiados y víctimas del desarraigo.

En el plano personal, Salgado encontró en su compañera de vida, Lélia, no solo a su pareja sino a su cómplice profesional. Juntos fundaron Amazonas Images, una agencia que se dedicó exclusivamente a difundir y preservar su obra. También levantaron el Instituto Terra, un proyecto ecológico en el sur de Brasil que ha logrado recuperar miles de hectáreas de selva atlántica mediante la reforestación.

Su historia de vida fue contada en el documental La sal de la tierra (2014), codirigido por su hijo Juliano Ribeiro Salgado y el cineasta alemán Wim Wenders. El filme es testimonio del impacto de su trabajo y del precio emocional que conlleva ser testigo de tanto dolor y belleza.

Salgado deja un legado que va más allá de la fotografía. Deja una ética del mirar. Una insistencia en que detrás de cada imagen hay una vida, una lucha, una dignidad que debe ser reconocida. Y también deja árboles plantados, selvas revividas y millones de personas que, gracias a su mirada, vieron el mundo de otra forma.

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