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Sheinbaum pide no hacer redadas durante partido de México

Por Juan Pablo Ojeda

 

En una mezcla de política, futbol y derechos humanos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lanzó este viernes un mensaje claro y directo al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE): no realizar redadas migratorias durante el debut de la Selección Mexicana en la Copa Oro 2025.

Hacemos un llamado a que no haya ninguna acción por parte del servicio de migración y aduanas de Estados Unidos durante el partido”, declaró la mandataria durante su conferencia matutina. El llamado se da en medio de un contexto tenso en Los Ángeles, California, sede del partido entre México y República Dominicana, programado en el SoFi Stadium de Inglewood.

La petición no es gratuita. En los últimos días, las redadas migratorias han generado protestas violentas en varias ciudades de EE.UU., particularmente en el centro de Los Ángeles, donde incluso se tuvo que imponer toque de queda. A esto se suma la preocupación de miles de mexicanos que radican en esa región y temen asistir al estadio por posibles operativos de detención.

Ante este escenario, la presidenta anunció que los Consulados de México en Estados Unidos ya activaron una campaña informativa de protección para connacionales, con el objetivo de dar orientación clara sobre qué hacer en caso de ser detenidos por autoridades migratorias y cómo mantener contacto con sus familias.

“Esta campaña va a tener toda la información que se necesita y vamos a estar en contacto permanente con la comunidad”, recalcó Sheinbaum, subrayando el papel activo de la red consular mexicana en defensa de los derechos de los migrantes.

El partido de México en la Copa Oro tiene un peso simbólico: no solo es el debut del equipo dirigido por Javier ‘Vasco’ Aguirre en el torneo más importante de la región, sino que también se convierte en una especie de punto de reunión e identidad para la comunidad mexicana en Estados Unidos. Recordemos que México llega como flamante campeón de la Liga de Naciones de la Concacaf, título conquistado apenas en marzo, y se prepara para ser anfitrión del Mundial 2026, junto a EE.UU. y Canadá.

La situación pone sobre la mesa un dilema que mezcla deporte, migración y diplomacia: ¿puede una celebración futbolera convertirse en un terreno neutral, libre de miedo y persecución? Para Sheinbaum, la respuesta debe ser sí. Y por eso insiste: “esperamos que no haya ninguna acción”.

Mientras tanto, los ojos están puestos en California. El balón está por rodar, pero también lo está la política migratoria de un país que, partido tras partido, se juega algo más que tres puntos.

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