Por Juan Pablo Ojeda
La relación entre dos de las figuras más influyentes de Estados Unidos ha llegado a su punto más bajo. El presidente Donald Trump estaría considerando vender el Tesla que adquirió en marzo como gesto de respaldo a su entonces aliado Elon Musk, según confirmó un alto funcionario de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, a medios como The New York Times y ABC News.
El gesto, que originalmente simbolizaba una alianza estratégica entre el mandatario republicano y el empresario sudafricano, se ha tornado ahora en una posible señal de ruptura definitiva, luego de que ambos protagonizaran una disputa pública en redes sociales marcada por acusaciones personales y amenazas de represalias políticas y económicas.
El modelo S rojo de Tesla, adquirido durante un evento oficial en la residencia ejecutiva, permanece estacionado en el garaje privado de la Casa Blanca. Según fuentes cercanas, Trump evalúa deshacerse del vehículo, ya sea mediante venta o donación, como símbolo de distanciamiento tras los recientes desencuentros.
La tensión escaló rápidamente tras las críticas públicas de Musk al plan fiscal y presupuestario del Gobierno, que aumentaría la deuda federal en más de 2 billones de dólares. En respuesta, Trump amenazó con cancelar contratos gubernamentales multimillonarios con las empresas de Musk, entre ellas SpaceX y Tesla, mientras que el empresario replicó acusando al mandatario de tener conexiones no reveladas con los archivos del fallecido pederasta Jeffrey Epstein.
En declaraciones telefónicas a ABC News, Trump afirmó este viernes que su exaliado “perdió la cabeza” y que no tiene interés en conversar con él:
“No estoy particularmente interesado en hablar con él. No ahora.”
Consultado por CNN, el mandatario agregó que “ni siquiera está pensando” en Musk y que probablemente no retomará el contacto “en un tiempo”.
La ruptura ha tenido consecuencias inmediatas en los mercados. Las acciones de Tesla cayeron un 14% el jueves, aunque este viernes experimentaron un leve rebote de aproximadamente 6% al inicio de la jornada en Wall Street.
La alianza entre ambos había sido clave para asegurar el respaldo del sector tecnológico a Trump durante las elecciones de 2024, un punto que Musk subrayó al asegurar que sin su apoyo, el presidente no habría conseguido la reelección. El colapso de esta relación representa no solo un golpe simbólico, sino también un factor de inestabilidad dentro de la agenda económica y digital del segundo mandato de Trump.
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