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Trump y Elon Musk: un posible acercamiento tras la ruptura pública

Por Juan Pablo Ojeda

 

En un giro inesperado dentro del escenario político y empresarial estadounidense, el expresidente Donald Trump dio señales de estar dispuesto a reconciliarse con Elon Musk, tras una agria disputa pública entre ambos que captó la atención mediática la semana pasada. Sin embargo, Trump dejó claro que esta reconciliación no figura entre sus prioridades inmediatas, pues su foco sigue puesto en “enderezar el país”.

Durante una entrevista en el podcast de la columnista Miranda Devine, Trump expresó: “supongo que podría [hablar con Musk], pero, ya sabes, tenemos que enderezar el país, y mi única función ahora es que este país vuelva a un nivel superior al que ha tenido nunca”. Esta declaración muestra un tono conciliador, aunque marcado por la distancia y la urgencia política.

La entrevista, grabada el pasado lunes y publicada el miércoles, coincidió con un mensaje público de Musk, quien expresó arrepentimiento por “algunas” de sus acusaciones contra Trump, reconociendo que sus críticas “fueron demasiado lejos” en la red social X (antes Twitter).

La ruptura entre ambos inició hace una semana cuando Musk rechazó públicamente el plan fiscal republicano impulsado por Trump, calificándolo de una “abominación repugnante” que añadiría más de 2 billones de dólares al déficit estadounidense. Musk, que hasta hace poco dirigía el controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), del que se apartó en mayo, argumentó que el proyecto socava sus esfuerzos para detener el despilfarro de fondos federales.

La disputa escaló rápidamente en redes sociales, con Trump amenazando con cancelar contratos millonarios entre Musk y el Gobierno, y Musk respondiendo con duras acusaciones, incluyendo una polémica afirmación sobre la supuesta influencia de Jeffrey Epstein en la carrera presidencial de Trump en 2024.

Ahora, Musk parece buscar desescalar el conflicto, borrando varios tuits polémicos y mostrando disposición a restablecer el diálogo con su antiguo aliado y mayor donante de campaña, quien ayudó a Trump a regresar a la Casa Blanca.

Un símbolo tangible de su relación pasada, el Tesla rojo que Trump adquirió como muestra de respaldo tras ataques a concesionarios y estaciones de carga de la empresa de Musk, ya no está en el estacionamiento de la Casa Blanca. Funcionarios gubernamentales no confirmaron si el vehículo fue vendido o regalado.

Este episodio refleja la compleja intersección entre la política y los negocios en Estados Unidos, donde alianzas estratégicas pueden romperse y reconciliarse en medio de batallas públicas y privadas que trascienden el terreno electoral y empresarial.

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