Por Juan Pablo Ojeda
A veces, el fútbol da revanchas, y para Xabi Alonso, el destino parece tener preparada una de las más especiales. Durante su etapa como jugador del Real Madrid, ganó una Champions League y una Supercopa de Europa, pero el Mundial de Clubes se le escapó. Hoy, años después, regresa al club blanco no como mediocampista, sino como director técnico, con una misión muy clara: conquistar ese trofeo que aún falta en su vitrina merengue.
Este domingo, el Real Madrid confirmó oficialmente su llegada al banquillo tras la salida de Carlo Ancelotti. Y aunque el cambio llega a solo unas semanas de que el equipo dispute el renovado Mundial de Clubes de la FIFA, el español no se achica. Al contrario: lo ve como una oportunidad de oro.
“Es una gran oportunidad para ir adelantando procesos, conocernos y luego pelear por un título. Es el primer Mundial de Clubes que se va a celebrar con este formato, y si conseguimos unir los dos (trabajo y resultado), puede ser un gran inicio”, comentó Alonso en su primera rueda de prensa como nuevo estratega del Madrid.
Y razón no le falta. El torneo arranca el 18 de junio y el Real Madrid debutará contra Al Hilal. Xabi tendrá apenas 22 días para conocer a fondo a sus jugadores, instalar su estilo y preparar al equipo para un desafío internacional. Su mentalidad ganadora, que ya dejó ver en su gran etapa con el Bayer Leverkusen, será puesta a prueba de inmediato.
La llegada de Alonso no se da en el mejor momento deportivo del club. Esta temporada, el Madrid no consiguió los títulos que esperaba y solo la Supercopa de la UEFA sirve como consuelo. Aun así, el nuevo DT está convencido de que es el momento adecuado para este reto.
“Siento que es el momento. Encaja por todas las partes. Desde ayer lo siento en la gente, que se ilusiona y quiere creer. Eso me da mucha energía y luego hay que plasmarlo en el campo, evidentemente”, expresó con determinación.
Xabi Alonso lo tiene claro: su historia con el Real Madrid aún tiene capítulos por escribirse. Y si logra conquistar el Mundial de Clubes desde el banquillo, no solo cerrará el círculo de títulos que le faltaron como jugador, sino que también podría comenzar una era que ilusione de nuevo al madridismo.
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